Lanzarote es una isla con un clima ideal para las actividades al aire libre todo el año ya que en invierno goza de un clima con muchos días de sol y pocos de lluvia y con una temperatura media en el mes de diciembre y enero (los más fríos del año) con 19 – 20 grados centígrados y en verano que es cuando más predominan los vientos alisios, suavizan la temperatura evitando tener ese verano sofocante tan característico de estas latitudes con una temperatura media de 28 – 30 grados.
A todo esto se une que sea una de las zonas mejores del mundo para ver volcanes ya que debido a su clima árido, su paisaje volcánico apenas varía, por este motivo no hay un manto vegetal que lo recubra en pocos años como ocurre en otras áreas con clima tropical lluvioso; también cabe mencionar sus barrancos en el norte de la isla que con sus característicos microclimas permiten disfrutar de una flora con un alto número de endemismos, sus espectaculares tubos volcánicos que ofrecen una visita aventurera pero sin riesgos, sus ecosistemas de dunas y saladares con fantásticas playas salvajes en el Parque Natural del Archipiélago Chinijo y un sinfín de particularidades más.
La isla, declarada por la UNESCO Reserva de la Biosfera, cuenta con uno de los cuatro Parques Nacionales existentes en el archipiélago canario, 1 reserva natural integral, 2 parques naturales, 5 monumentos naturales, 2 paisajes protegidos y 2 sitios de interés científico que suman un total de 35.196 hectáreas, o lo que es lo mismo, algo más del 40 por ciento de la superficie total de la isla y los islotes en espacios naturales protegidos. Sin duda alguna, esta isla posee los ingredientes necesarios para que el visitante amante de unas vacaciones en contacto con la naturaleza encuentre lo que busca. Basándonos en esta premisa, hemos diseñado un programa de visita en el cual intentamos abarcar, mediante itinerarios a pie, los puntos con mayor interés y dar una perspectiva totalmente diferente de la que normalmente se ofrece sobre esta isla.